12 de junio de 2010

el dilema

¿comer para sobrevivir o sobrevivir para comer?

alguien mas se da cuenta de que cualquiera de los dos enunciados está mal. Los dos están enfermos.

Debería decir VIVIR y no sobrevivir.

Pero no estoy tan avanzada todavía.

Leo muchos blogs, en su mayoría en inglés, sobre aceptación del cuerpo, pero no estoy tan avanzada.

Volvamos al enunciado. ¿comer para sobrevivir?
¿qué quiere decir?
Es esto que yo hago, de llenarme hasta reventar, hasta sentirme mal. Ese sentirme mal en la panza, tapa el sentirme mal en la mente. Porque es la mente la que me traiciona y me hace bailar.
El mensaje es: llenate, comete todo, rápido, y vas a ver lo bien que vas a estar.
Esa es la mentira.

sobrevivir para comer. Ese es mas jodido, mas triste.
Es decir, solo tengo que pasar esto, aguantar este momento, hacer mucha fuerza, para llegar al premio dorado, al arco iris al final, que es la comida.

Por eso están los dos enfermos.
En uno comer está primero.
En el otro comer está al final.

Debería estar en el medio, en el medio de mi vida, en el medio de lo que yo soy, en el medio de mi vida. No al final o al principio.

Porque no es un premio.
Porque llenarme no me va a curar.

¿cómo es para la gente? para la gente para quien comer es una cosa mas de su día, como ir al baño o dormir la siesta.
Eso quiero.

Quiero que no me importe, olvidarme. Olvidarme de comer. Comer mas tarde.
"mas tarde como".
Yo como en el horario exacto, la comida exacta que tengo planeada. Cualquier desajuste me desajusta a mí.

Hoy es el mundial. Y me invitaron a verlo y a quedarme a almorzar. No saben cómo me cuesta, la fuerza que tengo que hacer, para hacerme la normal.

Soy de las que no comen adelante de la gente. Ojo, no porque sienta que no me lo merezco, por castigo o por verguenza.
Es el factor no planeado el que me complica. No sé qué va a haber para comer. No sé qué voy a comer. Y eso me llena de ansiedad. Pero por otro lado, tampoco pregunté.

Podría haber preguntado y mentalizarme, generalmente lo hago. Pero a veces no.
Y esa es otra locura mía, quizás así me lastimo yo, llenandome de ansiedad y nervios, no sabiendo hasta que traigan la comida qué voy a comer. Tanto que cuando llega la comida me duele tanto la panza que ya no tengo hambre.
De esa manera como menos, me controlo, la gente no puede ver mi desborde y mi descontrol. Y parezco normal, parezco una más, charlo y como. Poco, porque me duele la panza.

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