2 de julio de 2010

Un sueño

A veces fantaseo. Imagino que me despierto, un dia, y que mi cuerpo es inalterable. Que no cambia nunca. Que coma o no coma, no pasa nada. Me llena de alegría. No por la libertad de comer sin control y no subir de peso, no. Es mas, en mi sueño no me importa si ese cuerpo inalterable es gordo o flaco. Si es flaco, bueno, si es gordo, también.

¿Entonces porqué me fascina esta idea?
¿Es cambiar lo que me asusta?

Queramos o no, nuestro cuerpo habla de nosotros, dice cosas, muestra cosas, a los demas. Me gustaría ser inalterable. Querrá decir que no quiero cambiar, crecer, madurar.

Creo que lo que quiere decir es que no quiero ser mas responsable de este cuerpo. Que lo he maltratado, abusado de el, con excesos, con privaciones. Como un enemigo, siempre bajo ataque.

Y esto me hace volver a las madres (gracias por tu comentario). Esto que yo hice es lo que aprendi de mi madre: sentarme a comer ya nerviosa, ansiosa, con culpa. La mujer ha estado toda su vida a dieta. Siempre. Dieta durante la semana y atracón de todo (TODO) el fin de semana. Eso es dañar el cuerpo.

En este espacio quiero quererme, abrazarme, ser mejor madre de mi misma. Hacerme cargo.

Y en esto radica mi incoherencia, en que a pesar de lo que quiero para mí, fantaseo con mi cuerpo inalterable. Como una solución mágica. Que la comida no me toque, que mi madre no me toque.

Digo, y pienso, todo esto pero sigo en conflicto con mi cuerpo, quiero ganarle, domarlo. ¿cómo me amigo?
¿será haciendo lo opuesto? enalteciendolo, sublimandolo.
Tampoco.
Por lo pronto, empiezo nutriendome de cosas sanas. Que si mi mente en este tema no esta sana todavía, que esté sano el cuerpo, que los libros que leo sean sanos, que la gente de la que me rodeo sea sana.

Comer sano es una trampa para mí. Porque lo que en realidad hago es comer sano para así poder comer MAS.

Me da verguenza admitirlo.
Esto de tener que estar llena.
¿que pasaría si no lo estuviera?
Me lo pregunto todos los días, y lleno de preocupacion, de ansiedad, de solo pensarlo.
Me digo: bueno, en esta comida voy a comer no hasta estar llena. Voy a escuchar a mi cuerpo cuando me dice que no quiere mas. Pero no puedo hacerlo. Si comí menos comida, me lleno de liquido o de cualquier cosa.
Es bizarro. No lo puedo hacer. No puedo ni probar qué pasaría. Me da miedo.
Y es un miedo doble: miedo a encontrar que no pasaría nada, que puedo estar sin dolor de panza (¿será que me gusta sufrir, será un vestigio de culparme por medio del dolor de panza por haber comido?), y miedo a descubrir que sí pasaría algo, que me volvería loca de nervios, que me descontrolaría.

Ah. El control. El control y la comida. Tan intimamente unidos, retroalimentandose.
qué pasa si suelto la comida, si la suelto y la dejo flotar. Querría que flote muy lejos, donde yo no la pueda alcanzar. Donde no me toque, ni me lastime.

Y vuelvo irremediablemente a mi madre, tan oscuramente ligada a todo esto. Quizas es a ella a quien quiero soltar, dejar flotar, que se vaya lejos y no me toque y no me lastime.

¿Radicará ahi la cuestión?
¿Será esta la clave?

Como ven tengo un camino largo por recorrer, hasta el dia en que pueda vivir mi cuerpo con alegría y sanamente. Eso es lo que quiero.

Si a ustedes les pasa algo similar, por favor no dejen de comentarlo. Tenemos que escucharnos y compartirnos. Yo sé que a mí me sirve.
Armemónos en esta batalla los unos de los otros, seamos pilares de los otros (y de nosotros mismos, al fin).

como siempre muchas preguntas y pocas respuestas.

pensemos

2 comentarios:

  1. Me pasa... y me da bronca ser tan débil, me avergüenza...
    Leist e"elogio de la delgadez" de Cecilia Abztas?

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  2. muchas gracias por tu comentario. Está bueno ver que este rollo es compartido.
    si, lei el libro, y me dio muchisimo para pensar (y para reirme). ya voy a postear sobre el.

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